Según indican, los ordenadores están ocupados durante todas las tardes por un grupo de menores "que son siempre los mismos" de forma que impiden y limitan la entrada de los mayores del barrio y de los socios. En las últimas semanas se han producido algunos encontronazos y los mayores quieren evitar que algún día "alguien pierda la paciencia y se produzca algún conflicto mayor".
Tanto la junta del centro como la mayoría de los socios está de acuerdo con limitar la entrada a personas ajenas, pero manifiestan que desde la dirección todavía no se ha tomado ninguna decisión. "La gente joven tiene justo al lado un centro cívico y la casa de la juventud con ordenadores, pero no los utilizan porque allí están mucho más controlados", señalan. Además, coinciden en pedir una regulación, más que una prohibición, que establezca un horario para que puedan usar la sala con libertad. "Nosotros nos conformamos con poder manejar los ordenadores de lunes a viernes de cuatro a siete de la tarde, para así poder aprender a manejarnos con el ordenador", dicen.
Los mayores piden un solución rápida, que esperan se pueda tomar en la reunión del día 27, para la que piden una gran asistencia.
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